Poema

Publicado en por Diego Orlando

 

La Piedra del sol.

Horizonte que surge mágicamente,  me toma la mano, me lleva al pasado,

como aves que recuerdan un inevitable retorno, el volver  a instantes gastados.

Es el recuerdo de risas perdidas, miradas esquivas.

Son los rostros de la vida que asaltan la mente, clamando no ser olvidados.

 

El sol, el horizonte, lienzo pintado, recuerdan que la tierra  reclama lo suyo.

Como roca me entrego, muele mi ser, hazme cerro fuerte, dame protección, como proteges los verde, el verde que es vida, el verde que vive en mi nublada mente.

verde vida verde armonía, verde alimento, todo permite que  respire sintiendo tus poros, palpando tu ser, como pintor en lienzo, me aferro a tu piel.

 

¿Será que el destino es volverse semilla,?

¿Será que el destino es volverse viento?, acaso ser agua, ser amor…

 

El miedo acecha al pisar la urbe, la paz me abraza cuando estoy en tu seno,

Es la piedra que protege, que danzan en mi mente, siendo cerro fuerte que sabe acoger

Soy parte del todo, ese que regala paisajes, que arrulla en su canto, como aves recordando que solo se vive una vez.

 

En las noches las ranas, me gritan con cantos, que todos transportan a la niñez.

 

La tierra se abre, enseña sus venas,  cargadas de agua deleitan rebaños que abrigan su piel, al igual que las vacas,  miran cuando pasan, con mirada paciente, brinda  anhelada paz.

La tierra entrega el fruto de sus venas, preciado líquido, beban todos, que sueñen, que se embriaguen aquellos que aman, aquellos que danzan  al son de la música, la que es esparcida por la misma vida en cada amanecer.  

 

Al llegar la noche, los pasos son lentos, se niegan a avanzar,

Mirada sin rumbo, se quedan en la tierra,

Somos de la piedra, del cerro fuerte, de los campos que luchan por conservar lo verde, que se niegan se ser colmenas humanas, esas que pueblan y acaban, contaminan y ensucian.

Los pasos se quedan en la montaña, aferrados a la tierra, desean  volver.

La vida obliga a seguir adelante, como rio fluye, todo pasa.

 

El vuelo dorado, el salto soñado;

la esperanza de acariciar lo escapado, de saludar al viento, de acariciar las nubes, viendo el verde adorado, el viento helado lo lleva a la represa,  hermosa represa que lo incita a soñar. 

La vida se diluye, los recuerdos quedan, se lleva las imágenes de atardeceres dorados, de perros de vereda, de personas hermosas que lo han sabido acoger.

Sopo, roca y vida, vida en la roca, vida en el verde que debemos proteger.

Seudónimo Blu

 

 

Mirada.

 

Llegas a la cima,  observas el horizonte, aprecias los paisajes.

De repente, las nubes, su espesa niebla, te niegan la visión.

Te sientas en la roca, el frio te invade,

el calor de tus recuerdos te pinta un cuadro con pinceladas de vida.

Lagrimas rodando por tu emoción.

 

No puedes ver más allá,

no te dejan ver el horizonte.

las nubes  niegan la visión.

Recuerdas teorías,  palabras,  conceptos

Esos conceptos igual que nubes, borran horizontes…

Hacen que sientas tu enorme soledad.

Seudónimo Blu

 

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